¿Qué es y por qué se produce un ictus?
La palabra ictus deriva del latín y significa golpe. En medicina define las consecuencias de una alteración repentina del riego sanguíneo a una parte del cerebro. Otros nombres por los que popularmente se conoce esta afección son trombosis, apoplejía, derrame cerebral o infarto cerebral.
La brusca alteración del flujo sanguíneo adecuado a una parte del cerebro impide el aporte de oxígeno y nutrientes a las neuronas de la zona afectada, causándoles la muerte y, en consecuencia, afectando las funciones dependientes de ese área cerebral. La afectación puede ser transitoria o permanente.
El ictus tiene mayor prevalencia en las personas mayores de sesenta años, aunque en los últimos años ha subido la incidencia en personas por debajo de esa edad.. Actualmente, las cifras sitúan esta enfermedad como la segunda causa de muerte más frecuente a nivel mundial. En España, el ictus es la primera causa de muerte entre las mujeres y la segunda entre los hombres. Además, el ictus es el principal causante de las discapacidades físicas en adultos y el segundo causante del deterioro cognitivo.
Se distinguen dos tipos principales de ictus según el mecanismo por el que se produce la alteración del flujo sanguíneo:
- Ictus isquémico. El ictus es consecuencia de una obstrucción del riego sanguíneo (isquemia) de una parte del cerebro, lo cual produce un infarto cerebral. Es el tipo de ictus más frecuente, aproximadamente un 85% de los casos.
- Ictus hemorrágico. El ictus es debido a la rotura de un vaso sanguíneo cerebral y la consiguiente hemorragia que produce una compresión de algunas estructuras del sistema nervioso central. Es menos frecuente y tiene un índice mayor de mortalidad. Por contra, posibilita una mayor recuperación de las secuelas a largo plazo.
La rápida identificación de la causa que ha producido el ictus es determinante para decidir el tratamiento y el plan terapéutico.
Ictus lado izquierdo del cerebro
El cerebro está constituido por dos mitades, los hemisferios cerebrales, unidos principalmente por el llamado cuerpo calloso. Cada hemisferio consta de áreas definidas, denominadas lóbulos cerebrales, cuyos grupos de neuronas están especializadas en determinadas funciones.
- El hemisferio izquierdo se encarga de la coordinación del lenguaje, el aprendizaje, la memoria, la capacidad de atención, planificación y toma de decisiones.
- El hemisferio derecho está especializado en la capacidad artística, la concepción espacial y visual y la identificación de lugares, rostros, colores y formas.
Por eso los síntomas y las posibles implicaciones de una lesión cerebral dependen del área en la que se ha producido la alteración del riego sanguíneo.
Es importante tener en cuenta que la mayoría de las fibras nerviosas que salen del cerebro se cruzan a nivel cervical.
Debido a esto, el hemisferio izquierdo controla el lado derecho del cuerpo y el hemisferio derecho controla el lado izquierdo.
Las afectaciones más frecuentes de un ictus en el lado izquierdo del cerebro son:
- Hemiparesia o hemiplejía derecha (parálisis corporal del lado derecho). La pérdida de funcionalidad física, motora y sensitiva dependerá de la gravedad del ictus. El tratamiento rehabilitador se enfoca a lograr el mayor grado de autonomía posible en función del grado de afectación.
- Afasia. Se trata de alteraciones del lenguaje como dificultad de expresión y de comprensión, incapacidad de utilizar las palabras adecuadas o correctas, problemas de fluidez o para construir frases medias o largas. El logopeda decide el tipo de tratamiento rehabilitador según los problemas de comunicación que presente el paciente.
- Alteraciones cognitivas. Pueden verse afectadas diversas funciones neuropsicológicas en función del alcance y la gravedad del ictus.
- Cambios en la conducta. Los pacientes que sufren afasia suelen manifestar inestabilidad emocional, irritabilidad, impaciencia y frustración ante la situación sobrevenida y las secuelas. Es importante tratar esta sintomatología cuanto antes, pues repercute en la capacidad de recuperación del resto de secuelas físicas, comunicativas y cognitivas.
¿Se puede prevenir un ictus?
Aunque ocurre de forma súbita, el ictus puede prevenirse siguiendo hábitos de vida beneficiosos que eliminen en lo posible o mantengan controlados los factores de riesgo modificables:
- Hipertensión arterial
- Tabaquismo
- Consumo de alcohol y drogas
- Colesterol
- Obesidad
- Sedentarismo
Adoptar un estilo de vida saludable es la mejor forma de minimizar las posibilidades de sufrir un ictus:
- Alimentación sana, variada y equilibrada
- Práctica de actividad física habitual
- Mantenerse en el peso adecuado
- Abandonar el tabaquismo u otros hábitos dañinos
- Abordar bajo control médico factores como el colesterol, la diabetes, la hipertensión y patologías de cualquier naturaleza que puedan aumentar el riesgo.
Esperamos que este artículo te haya resultado útil para conocer mejor las secuelas que puede ocasionar un ictus en el lado izquierdo del cerebro.